jueves, 26 de marzo de 2020

LA CONCILIACIÓN DE LA VIDA PERSONAL, FAMILIAR Y LABORAL



Se trata esto de una utopía hoy para muchas, para muchísimas personas. Encontrar el equilibrio entre estos tres ámbitos es privilegio de pocas. Ciertamente, se trata de una utopía con género… el femenino. La sociedad ha adjudicado el problema a la mujer, cuando debería de ser cosa de todos. Por un lado, son mayoría aplastante de género femenino las personas que no han podido realizarse profesionalmente por tener que cuidar a hijos o a padres. Por otro lado, tenemos a mujeres que piden reducción de la jornada laboral para esto mismo. En un caso y en otro, la mujer ve mermada su cotización, por lo que sus pensiones serán luego las mínimas, generando con ello un empobrecimiento de la población femenina.
En España tenemos un sistema de conciliación muy precario, pues solo el Estado o grandes empresas son capaces de satisfacer, hasta cierto punto, algunas demandas. Otros estados europeos van por delante en políticas de conciliación y ya que están en práctica, siempre atendiendo a sus éxitos y fracasos, se podría tomar nota de ellas e implantarlas en nuestro país, con las adaptaciones pertinentes a nuestro contexto social.
La corresponsabilidad dentro de las familias con un reparto equitativo entre hombres y mujeres de las responsabilidades familiares y domésticas es un paso primordial para poder empezar a caminar. Sin embargo, hay otros factores del engranaje como son las empresas, las Administraciones Públicas, los sindicatos y los trabajadores y trabajadores; todos ellos han de sentarse para poder consensuar más allá de posturas políticas, teniendo como eje las personas, que además de trabajadores o trabajadoras, tienen otros ámbitos vitales; que la felicidad y satisfacción de las personas siempre redunda positivamente en la productividad laboral.

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