viernes, 20 de marzo de 2020

PARA QUE SE ABRAN...


La propia imagen y los estereotipos

PARA QUE SE ABRAN…

Ciertamente elegir entre los múltiples anuncios es muy difícil; cada uno tiene su porqué de estar en la selección, una vergonzante antología de los estereotipos impuestos hoy en día.  La idea inicial de crear publicidad es plasmar en el mensaje aquello que se considera parte de nuestros deseos, de nuestras idealizaciones como sociedad.   Pues si esto último es verdad, si los publicistas han acertado, mal vamos. 
Desde el primer anuncio, se nos abren, no las puertas, los ojos y la boca, ¡tremendo!    En este anuncio es  tan obvio, tan insultante el uso de  los estereotipos que sentimos vergüenza ajena y pocas ganas de conocer a los publicistas ideólogos.    El hombre viendo en la tele deportes, tumbado, se mal viste a toda prisa ante una promesa sexual, su coche caro,…   La mujer guapa hace la invitación sexual, no explícita, sino sutilmente.    Ella, en ropa interior, se acicala lentamente delante del espejo; ella es delicada.    La música para él es rápida, rockera y para ella lenta y sensual.  Sin duda e incuestionablemente, se trata de un anuncio dirigido a los hombres, pues cumple perfectamente con los estereotipos sociales en los dos personajes, cada uno responde a las expectativas soñadas por el hombre, o, al menos, por la mayoría de los hombres: el hombre despreocupado, desaliñado, pero de buenos gustos; la mujer guapa, delicada y a la espera. 
En los siguientes anuncios encontramos a las mujeres preocupadas por sus hijos y actúan como enfermeras, limpiadoras, cocineras,… además de mujeres estreñidas.  Otros anuncios se ocupan de niñas cuya aspiración es ser princesas y que les brille el pelo: toda una educación en estereotipos.
Mención aparte merecen otros anuncios dirigidos al hombre como los perfumes y los coches, que prometen una atracción inmediata de las mujeres.    El anuncio de Rising Hardrock (el número 39) presenta de manera insultante una relación entre hijo y padre que se potencia al unirse (en contra de la madre) en la puesta en valor del estereotipo de hombre que está por encima de las decisiones familiares a favor del grupo de hombres que salen a pasárselo bien, la camaradería de los que sí saben pasárselo bien.  Todo esto choca con la mujer-madre irreflexiva, que no dialoga, que se queda sola en la casa, sin salir a divertirse y como víctima de sus propias convicciones absurdas propias de las mujeres.    Es increíble que este anuncio llegara a existir como tal y que no fuera una puesta en escena de comportamiento ejemplar de estereotipos.
Respecto a si caricaturizan o no a mujeres y hombres es una opinión muy subjetiva, puesto que lo que para mí es una caricatura burlesca y vergonzante, puede (y seguro que sí, no lo podemos negar por muy triste que sea) represente el ideal de conducta de otras personas.  Los publicistas estudian a sus posibles clientes: comportamientos, deseos, frustraciones,… y a partir de todo esto elaboran su creación para dar salida comercial al producto en cuestión.  La publicidad ha de responder a lo que la sociedad demanda, lo necesite o no, la publicidad se encarga de que lo necesite.  Son capaces de recrear esos mundos ideales que responden a estereotipos sociales; eso gusta y de ahí el éxito o no de las campañas. 
Por otro lado, considero que otra parte de la publicidad, aunque mínima, se encarga de luchar contra estereotipos.  Entonces, como en todo, no hay que generalizar ni denostar globalmente el mundo de la publicidad.  Valoremos, en efecto, aquellos publicistas que sí trabajan por los ideales de igualdad y coeducación, el mundo ideal y aspirado por muchos, pero no de la mayoría,.. aún.

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