La propia imagen y los estereotipos
PARA QUE SE ABRAN…
Ciertamente
elegir entre los múltiples anuncios es muy difícil; cada uno tiene su porqué de
estar en la selección, una vergonzante
antología de los estereotipos impuestos hoy en día. La idea inicial de crear publicidad es plasmar en el mensaje aquello que se considera parte
de nuestros deseos, de nuestras idealizaciones
como sociedad. Pues si esto último es verdad, si los
publicistas han acertado, mal vamos.
Desde el primer
anuncio, se nos abren, no las puertas, los ojos y la boca, ¡tremendo! En
este anuncio es tan obvio, tan
insultante el uso de los estereotipos
que sentimos vergüenza ajena y pocas ganas de conocer a los publicistas
ideólogos. El hombre viendo en la tele deportes, tumbado,
se mal viste a toda prisa ante una promesa sexual, su coche caro,… La mujer guapa hace la invitación sexual, no
explícita, sino sutilmente. Ella, en ropa interior, se acicala lentamente
delante del espejo; ella es delicada. La música para él es rápida, rockera y para
ella lenta y sensual. Sin duda e
incuestionablemente, se trata de un anuncio dirigido a los hombres, pues cumple
perfectamente con los estereotipos sociales en los dos personajes, cada uno
responde a las expectativas soñadas por el hombre, o, al menos, por la mayoría
de los hombres: el hombre despreocupado, desaliñado, pero de buenos gustos; la
mujer guapa, delicada y a la espera.
En los
siguientes anuncios encontramos a las mujeres preocupadas por sus hijos y
actúan como enfermeras, limpiadoras, cocineras,… además de mujeres
estreñidas. Otros anuncios se ocupan de
niñas cuya aspiración es ser princesas y que les brille el pelo: toda una
educación en estereotipos.
Mención aparte
merecen otros anuncios dirigidos al hombre como los perfumes y los coches, que
prometen una atracción inmediata de las mujeres. El
anuncio de Rising Hardrock (el número
39) presenta de manera insultante una relación entre hijo y padre que se
potencia al unirse (en contra de la madre) en la puesta en valor del
estereotipo de hombre que está por encima de las decisiones familiares a favor
del grupo de hombres que salen a pasárselo bien, la camaradería de los que sí
saben pasárselo bien. Todo esto choca
con la mujer-madre irreflexiva, que no dialoga, que se queda sola en la casa,
sin salir a divertirse y como víctima de sus propias convicciones absurdas
propias de las mujeres. Es increíble que este anuncio llegara a
existir como tal y que no fuera una puesta en escena de comportamiento ejemplar
de estereotipos.
Respecto a si
caricaturizan o no a mujeres y hombres es una opinión muy subjetiva, puesto que
lo que para mí es una caricatura burlesca y vergonzante, puede (y seguro que sí,
no lo podemos negar por muy triste que sea) represente el ideal de conducta de
otras personas. Los publicistas estudian
a sus posibles clientes: comportamientos, deseos, frustraciones,… y a partir de
todo esto elaboran su creación para dar salida comercial al producto en
cuestión. La publicidad ha de responder a lo que la sociedad demanda, lo necesite
o no, la publicidad se encarga de que lo necesite. Son capaces de recrear esos mundos ideales que responden a estereotipos sociales;
eso gusta y de ahí el éxito o no de las campañas.
Por otro lado,
considero que otra parte de la publicidad, aunque mínima, se encarga de luchar
contra estereotipos. Entonces, como en
todo, no hay que generalizar ni denostar globalmente el mundo de la
publicidad. Valoremos, en efecto, aquellos publicistas que sí trabajan por los
ideales de igualdad y coeducación, el mundo ideal y aspirado por muchos, pero no
de la mayoría,.. aún.
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